HIPNOSIS ERICKSONIANA

Cuando pensamos en hipnosis, rápidamente nos viene a la mente la imagen teatral de un hipnotizador dominando la mente de una persona a su gusto. Nada más lejos de la realidad.
La hipnosis ericksoniana a diferencia de la hipnosis tradicional, se basa en la relajación con participación del paciente. Se trata de una conversación en la que se emplea un lenguaje simbólico para guiar al inconsciente del paciente hacia la fuente de sus conflictos, conectar con sus recursos internos y propiciar una resolución, siempre con finalidad terapéutica.
Se tracta pues de conseguir un estado de consciencia alterado, intermedio entre la vigilia y el sueño, y éste es parte de nuestros procesos naturales de concentración. Salimos y entramos en ellos con mucha frecuencia, pero no somos conscientes; por ejemplo, cuando al conducir conocemos el camino, pero nos pasamos la salida sin darnos cuenta, cuando miramos la televisión y no estamos prestando atención a lo que hacen, cuando miramos un paisage y estamos reproduciendo mentalmente una conversación con otra persona, etc.
Por tanto, durante el estado hipnótico:
No se pierde la consciencia.
No es posible «manipular», «reprogramar», acceder a partes inconscientes oscuras o hacer aflorar recuerdos traumáticos acontecidos, en mayor medida de lo que se conseguiría en cuakquier conversación habitual.
Se trata de un estilo o modalidad de psicoterapia totalmente nuevo ya que no busca el origen (o supuesto trauma) del problema sinó que se orienta a la persona hacia la solución y no pretende cambiar la conducta solamente con rezonamientos e indicaciones, sinó motivar a la persona y ponerla en contacto con sus propios recursos para que ella misma produzca los cambios que elija.